El país adormecido por los consensos políticos de cúpulas que atraviesan el espectro de las fuerzas políticas organizadas (pero que no representan a nadie o a muy pocos, como lo prueban los sondeos de opinión), comienza a desperezarse y, como siempre, el despertar social debe contar sus víctimas; por razones que convendría alguna vez desentrañar, el affaire que tiene en prisión a Elena Varela, 42, cineasta, activista de la cultura y madre, acompañó al despertar la indignación. No es cierto que la pluma -en este caso la cámara- sea más fuerte que la ...
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