Ninguna circunstancia calibra mejor hoy la personalidad de Sucre que los movimientos indígenas que desde Quito hasta Chuquisaca sacuden el espinazo de los Andes. En ellos late el Imperio Incario como sostuvo Sucre siglo y medio atrás frente a Bolívar y a Simón Rodríguez la Colombia de Bolívar era, en cierto modo, una creación artificial, en cambio el Incario si hubiere sido restaurado por los patriotas vencedores en 1824, como cancelación de la deuda con los verdaderos dueños de aquellos parajes, respondía y respondería hoy más que nunca a entrañables realidades.
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