¿Recuerdan Jonestown?

Una secta de fanáticos, encabezada por un líder aún más fanático, un tal Jim Jones de Indiana - decide suicidarse para no enfrentarse a las “Fuerzas del Mal” representadas por nuestra “corrupta sociedad capitalista”. O por lo menos, esto fue lo que nos dijeron. Pero hay muchos aspectos de la historia oficial que parecen no tener sentido. 1 - Nadie comprendió por qué el reverendo Jones, que en Estados Unidos estaba viviendo un momento de éxito absoluto, decidió mudarse de repente a las junglas de Guayana. 2 - Es muy difícil creer que 900 personas hayan estado esperando tranquilas en fila, para beber del barril venenoso, siendo que el cianuro lleva a una muerte muy dolorosa, con fuertes convulsiones y espuma en la boca. Sería más realista pensar que una vez muertas de esta manera las primeras cien personas, las restantes probablemente cambiarían de opinión. 3 - La mayoría de los cadáveres fueron encontrados boca abajo y bien alineados uno tras otro, pero esa no es la posición en la que se espera encontrar a la gente que ha muerto de esa manera. 4 - Durante cinco días la prensa internacional no pudo acercarse a la zona de la masacre. 5 – En un principio se declararon 400 muertos, pero con el pasar de los días la cifra subió hasta superar los 900. La explicación oficial de este error fue que inicialmente los cuerpos habían sido contados desde el helicóptero. Sin embargo, una vez aterrizados, se había descubierto la presencia de muchos otros cadáveres debajo de aquellos ya contados. Pero nadie se preguntó cómo era posible que 400 cuerpos cubrieran a más de 500. 6 - Otro hecho extraño fue la muerte del reverendo Jones, quien al parecer recibió un golpe en la cabeza. Hasta el día de hoy no se sabe quién es su asesino. 7 - Aunque el diputado Ryan murió en el curso de una investigación oficial del gobierno norteamericano, Estados Unidos nunca pidió que Guyana buscara a quienes lo mataron en el aeropuerto, al salirse de Jonestown. Todo ello contribuye al hecho de que la versión oficial sea muy difícil de creer. El vídeo que presentamos ofrece una versión diferente de los hechos, mucho más lógica y aceptable.