Los números positivos de la macroeconomía chilena que enorgullecen al goibierno y algunos sectores exporrtadores permiten que autoridades y grupos económicos olviden o hagan la vista gorda ante los graves déficits que en el plano social mantiene le pais con los estamentos más pobres.
Como en otros países de América Latina, la institucionalidad coordina las actividades esenciales subordinando los intereses nacionales a las necesidades de aquellos grupos. Se sobreexplotan los recursos naturales no renovables, se destruye el ambiente y se reparte en forma injusta el producto del trabajo social.