La novicia Viridiana (Silvia Pinal), a punto de tomar los hábitos, debe abandonar el convento para visitar a su tío don Jaime (Fernando Rey), quien le ha pagado los estudios. Durante su visita, don Jaime, impresionado por el parecido entre Viridiana y su difunta esposa, la adormece e intenta violarla, pero finalmente no se atreve. Posteriormente, intenta retenerla cuando ella quiere volver al convento; le miente diciéndole que ya no podrá ordenarse monja, porque la ha poseído mientras dormía. Esto aleja aún más a Viridiana de su tío, que, tras la marcha de esta, se suicida. Viridiana, que se siente culpable de la muerte de su tío, renuncia a ser monja y se queda en la mansión a practicar la caridad cristiana, acogiendo a un grupo de vagabundos, a quienes brinda refugio y alimento pero que son, a fin de cuentas, quienes la atacarán y robarán. La llegada de Jorge (Francisco Rabal), hijo natural de don Jaime, cambiará definitivamente el destino de la joven.