Algo grave debe estar pasando, para que los más poderosos vuelen hasta París, capital de Francia, para reunirse con carácter urgente.
Rusia, Estados Unidos, China, Francia, el Reino Unido, Alemania, las potencias del mundo, más aparte representantes de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), de la Diplomacia europea y países árabes, todos juntos, en total 28, fueron llamados para tratar uno de los problemas más urgentes del planeta: Israel-Palestina.
Las potencias del mundo coinciden que este conflicto crónico es un problema muy peligroso para la raza humana que "para cuando queramos reaccionar, quizá sea demasiado tarde", advierte el propio ministro francés de Asuntos Exteriores, Jean-Marc Ayrault.
La reunión fue este viernes 3 de junio en París, convocada por el Gobierno del presidente francés, François Hollande. Los franceses sin duda están asustados por el terrorismo (recordar que siguen bajo estado de emergencia nacional), pero mucho más significativo es su creencia.
Francia asegura que la crisis Israel-Palestina está relacionada con el origen del terrorismo del grupo takfirí EIIL (Daesh, en árabe). Y que para resolver este cáncer del terror es necesario primero resolver el problema primo: Israel-Palestina.