'Maduro optó por abrazar la dictadura sobre su propia gente', dijo el consejero de Seguridad Nacional de EE.UU., H.R. McMaster. Y de esta postura, no se salen.
Esa es la verdad para Estados Unidos y con esa verdad, ya habían impuesto unas primeras sanciones contra diferentes funcionarios de alto nivel, funcionarios claves, en el Gobierno de Nicolás Maduro.
Pero ahora, mientras el huracán Harvey tocaba Texas, el presidente de EE.UU., Donald Trump, firmaba una batería de sanciones contra Venezuela, con esa misma verdad que mencioné al principio en voz del general McMaster, que apuntala las sanciones de su jefe Trump "con el anuncio de hoy, el presidente mantiene su promesa de una acción fuerte y seguir mostrando un liderazgo fuerte", o sea, de refrendar la postura de policía y juez del mundo.
El asunto más urgente son dos cosas, no si tienen la verdad o no, que eso, por su historia cínica ya da igual, lo que importa es que estas sanciones sí son peligrosas, y lo que importa es que no las imponen porque son unos grandes filántropos y altruistas preocupados en el pueblo de Venezuela, sino porque las tierras venezolanas tienen todo el petróleo del mundo.