Encontrar Al-Ándalus en Valencia es más complicado de lo que las guías nos dicen. El rastro árabe se ha ocultado entre la contemporaneidad de los edificios y apenas late en el asfalto; pero si se mira con atención, pueden descubrirse vestigios del pasado casi en cada rincón de la ciudad. Como en los naranjos que extienden sus raíces bajo los adoquines. Esta variedad fue introducida por los árabes, ya en el siglo octavo, cuando asentaron las bases de su convivencia en estas tierras, donde el azahar ha impregnado el recuerdo de los siglos. Aquí en Valencia, Xátiva y Sagunto podemos apreciar el paso del legado andalusí en este nuevo episodio de Al-Ándalus.