Europa cada vez más unida a los deseos de Estados Unidos, reconoce al autoproclamado Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela.
Obviamente, si se unen los países más poderosos del mundo para afirmar que una persona es el presidente de un país, y confiscar los recursos del presidente actual para dárselos al que dicen que es el legítimo, pues es muy fácil poner y quitar presidentes.
Si bien, Rusia y China han condenado esta actitud, también parecen tomar distancia. El presidente de Rusia, Vladimir Putin, a través de su portavoz Dmitri Peskov informó que no hay planes para ayudar más a Venezuela, ni económica ni militarmente. Y el presidente de la junta de asesores del Kremlin, Fyodor Lukyanov, dijo que "económicamente, la situación de Rusia no es buena en este momento y otra carga a largo plazo no sería nada bienvenida".
El periódico oficialista de China, Global Times, informó que China ha estado en contacto tanto con Maduro como con los opositores como Juan Guaidó, y que no importa hacia dónde sea el cambio, que la relación con Venezuela no se verá afectada, confirma el Ministerio de Exteriores de China.
Sin embargo el punto más crítico es que Estados Unidos está usando su poder financiero y militar para hacer un lado la democracia, violar el derecho internacional y elegir el destino de los venezolanos que más se ajuste a los intereses de Washington, ni siquiera del pueblo estadounidense, sino más bien de unas élites que jalan los hilos en la Casa Blanca.