Algunos de los problemas que afronta Colombia son similares a los de otros países latinoamericanos, como son las excesivas desigualdades sociales, la incapacidad de los sistemas políticos de canalizar las demandas sociales, así como la falta de conciencia de "lo público". Pero también afronta una larga serie de problemas específicos, donde cabe mencionar la revaluación del peso frente al dólar, la ausencia de políticas agrarias, el peso del narcotráfico y la fragmentación del poder sin mecanismos apropiados de gobernabilidad democrática.
La realidad colombiana está marcada así por los que podemos considerar como factores que han venido erosionando la convivencia y las posibilidades de desarrollo del país. Un hecho al que se añade la crisis económica mundial, que en este contexto agrava aún más la situación.
La apuesta de la Constitución de 1991 por una mayor presencia del Estado como instrumento para corregir los rezagos sociales, con tantas limitaciones, falta de voluntad política de algunos gobernantes y ausencia de integralidad, dio frutos importantes en la década de los noventa, por ejemplo, en la ampliación de la cobertura educativa, de la seguridad social y de los servicios públicos.
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