La violencia generada por las pandillas no solo ocasiona muerte de muchos jóvenes, ya sea como víctimas o victimarios, sino que amenaza el presente y futuro de la sociedad.
Los altos niveles de violencia y el elevado nivel de muertes entre los jóvenes revelan la gravedad del problema de pandillas.
Antes de la tregua entre pandillas, iniciada en marzo de 2012, El Salvador se ubicaba entre los países con mayor tasa de homicidios, con un valor promedio de 70 por cada 100,000 habitantes en el 2011.
Las cifras lo confirman: el crimen y la violencia han sido señalados como los principales problemas del país; estos son asociados por el 67% de los salvadoreños con el accionar de las pandillas.