Estado de emergencia, toque de queda, feroz represión, fue la respuesta del gobierno neoliberal de Sebastián Piñera a las manifestaciones estudiantiles contra los aumentos de los pasajes, que devinieron en estallido social.
Lo que pueda suceder en los próximos días es impredecible: la poblada y su desobediencia civil ganaron las calles en todo el país, uno de los más desiguales del mundo.
Muertos, heridos y más de 1.500 detenidos. «Estamos en guerra», dijo el presidente.
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