El gobierno chileno no atiende los crecientes reclamos de la población que sigue manifestándose en las calles y que tampoco se interesa en escuchar sus débiles y amenazantes propuestas. Creciente y salvaje represión policial con más de 20 asesinados, 1.800 heridos y 5.000 detenidos.
Las movilizaciones se extienden y los sindicatos anuncian un paro nacional para el martes 20, el primero en 46 años, en reclamo de una asamblea constituyente para cambiar radicalmente la Carta Magna impuesta por la dictadura. La credibilidad presidencial cayó al 13%: más allá de crisis, se avizora la catástrofe.
Análisis de Paul Walder
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