Fue una gran marcha nacional, en todas las ciudades, en los pueblos, contra el gobierno del ultraderechista Iván Duque, el neoliberalismo y las matanzas que todavía llevan adelante paramilitares y narcotraficantes, amparados por el gobierno que tampoco quiere aplicar los acuerdos de paz con la guerrilla.
Marcharon hombres y mujeres, estudiantes, afrodescendientes, indígenas, campesinos, profesionales, y en muchas partes fueron reprimidos violentamente.
Fue un grito unánime de un millón de colombianos y colombianas, que se prolongó con un cacerolazo sin precedentes.
¿Habrá prestado atención Iván Duque?
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