El presidente de Brasil Jair Bolsonaro, un negacionista del cambio climático, privatizó tres parques nacionales, Lencois Marañenses, Jericoacoara y el lado brasileño de las Cataratas de Iguazú, que entregará en concesión a empresas nacionales o trasnacionales, con el fin de generar ingresos para el estado.
A sus ataques furiosos a la extensión de las reservas indígenas, hay que sumar el pavoroso incendio de la Amazonia, que terminó con miles de hectáreas de floresta con el aparente fin de convertirlos en tierras de pastoreo y de siembra de soja.
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