En Chile, los estudiantes secundarios han vuelto a las calles con el llamamiento a boicotear la Prueba de Selección Universitaria (PSU). una especie de bisagra entre la educación secundaria y la superior, en los cauces del comercio y el lucro.
La prueba se sostiene por el entramado de negocios que es la educación básica y secundaria y sus accesorios, desde talleres, tutores, psicólogos a caros preuniversitarios, y sobre la PSU toda la educación superior privada y privatizada.
Una nueva presión de millares de jóvenes y sobre todo de adolescentes, tal como en octubre, que desestabiliza el escenario que la clase política intentó mantener en estos meses a través de acuerdos secretos, falsas reformas y una desatada violencia policial.
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