Anomia, autoritarismo y pérdida gradual y persistente de derechos civiles. A la represión desatada y permanente se le suma en Chile la persecución de activistas y dirigentes sociales, proyectos de ley para limitar el derecho a reunión, acusaciones con cargos falsos, fallos sesgados, noticias insidiosas, críticas infundadas y ofensas a líderes sociales levantadas por los grandes medios. Un clima de polarización que no ofrece salida.
Una clase atrincherada en la defensa del modelo de mercado y sus privilegios y una población por tantos años y generaciones humillada, denigrada y desesperada, en los límites de su paciencia.
Es el fin de esta democracia liberal.
Visita: www.surysur.net