Los culpables del estallido social en Chile son los políticos, los partidos, los empresarios y todo lo que detente poder. Así lo certifican las encuestas, donde la figura de Sebastián Pìñera aparece hundida con un casi nulo seis por ciento de aprobación.
Los diputados y diputadas tienes un ridículo tres por ciento de apoyo y los partidos políticos un dos por ciento.
Piñera y la clase política debe irse antes que sea tarde, señala Paul Walder, porque el mayor riesgo, para quienes no tienen nada, para quienes han nacido y vivido en la crisis, es seguir igual.
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