El sorpresivo anuncio de la presidenta de facto de Boliva, Jeanine Áñez de su candidatura presidencial para las elecciones del 3 de mayo, fracturó a la derecha golpista, que la acusó de traicionar el mandato que le habían encomendado que era el de organizar un proceso electoral.
Dificilmente la derecha pueda ir unida: la única formación que sí lo hará es el Movimiento al Socialismo, el partido de Evo Morales, que lleva de candidato a Luis Arce.
Un análisis de Pedro Brieger.
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