En América, actualmente se siguen hablando más de mil lenguas indígenas diferentes, muchas de las cuales corren el peligro de desaparecer.
Con cada lengua que desaparece, el mundo pierde un acervo de saber tradicional. Son herramientas para el desarrollo, la protección de los derechos humanos, la consolidación de la paz y la reconciliación de los pueblos.
El derecho de una persona a utilizar el idioma de su preferencia es un requisito previo para la libertad de pensamiento, de opinión y de expresión.
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