El 26 de abril los chilenos acudirán a un referendum constitucional, donde el voto no es obligatorio. La derecha tratará de retomar el poder en medio del estallido social.
Los chilenos eberán decidir si la Asamblea Constituyente se integre con 50% de los parlamentarios actuales o el 100% sea de representación popular, borrando del escenario político al anquilosado establishment.
La izquierda también aparece dividida ante las exigencias de radicalidad que demanda la poblada.
Un análisis de Pedro Brieger
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