La íntima relación entre empresas colombianas y extranjeras y los grupos paramilitares sigue ocasionando el asesinato de opositores al modelo económico y político neoliberal, en una crisis humanitaria que ya cobró la vida de 20 líderes y lideresas sociales.
Sectores de la economía como el de la explotación de hidrocarburos, los monocultivos de caña de azúcar y palma aceitera, la ganadería extensiva junto a la producción de contenidos en medios de comunicación hegemónicos, colaboraron con grupos paramilitares y son responsables de su promoción y consolidación en toda Colombia desde hace más de dos décadas, señala un informe de la Universidad Javeriana.
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