El tradicional carnaval ha despertado el malhumor de la derecha con la crítica políitica y social de las murgas, que tampoco escatimaron críticas al centroizquierdista Frente Amplio, perdedor de las elecciones. «Iremos a la plaza para dar batalla», cantó la combativa Metele que son pasteles...
Las alarmas de la derecha sonaron, acusándolos de incitación a la violencia y de apología del delito y un fiscal derechista habló de «totalitarismo carnavalero».
Con un clásico desprecio a todo lo que es popular, otros, autocalificados como paladines de la libre de expresión, hablan del «marxismo cultural» y quieren imponer a quién la murga debe criticar.
Informe de Nicolás Centurión.
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