El presidente Jovenel Moïse es el principal responsable de la crisis extrema haitiana, con una impresionante miseria y un país donde impera una ocupación militar que comenzó con la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití, luego con la Minijusth y ahora con la Binuh.
Las demostraciones de la población han recrudecido, no solo ante las evidencias de una economía quebrada, con un desempleo del 70% y un excesivo costo de combustibles, transporte y alimentos; sino también ante las graves acusaciones de corrupción y malversación de fondos públicos, donde se señalan directamente al Presidente y a otros altos funcionarios.
La crisis solo se resolverá con el fin de la ocupación extranjera y de las supuestas ONG humanitarias interesadas solo en su lucro.
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