El coronavirus hace estragos con el presidente brasileño Jair Bolsonaro, negacionista hasta del COVID-19, quien fue objeto de cacerolazos en prácticamente todas las capitales del país. Y al mismo tiempo recibió una advertencia de China que en términos diplomáticos le «recomendó» dejar de ser mandadero de Estados Unidos, adonde viajó la semana pasada en lugar de ocuparse de una dolencia que, oficialmente, ya causó cinco muertos e infectó a 529 personas.
«Fuera Bolsonaro» , "loco" y «Bolsonaro, miliciano», gritaron el miércoles a la noche miles de indignados acompañados de batucadas improvisadas con ollas y tenedores en San Pablo, Río de Janeiro, Brasilia y otros grandes centros urbanos .
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