Al menos 19 personas recluidas en sus centros de detención están infectadas con el coronavirus, en instalaciones de varios estados. Los reclusos carecen de mascarillas, e incluso de jabón para asearse. Ni hablar de respiradores u hospitales.
Una verdadera bomba de tiempo. Un tercio de los 43.000 inmigrantes detenidos en Estados Unidos están en instalaciones que tienen sólo un hospital, o ninguno, con camas de cuidados intensivos dentro de los 40 kilómetros.
Tampoco en los centros mexicanos de Baja California, tienen los recursos suficientes para aislar a un posible enfermo de Covid-19.
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