Los trapos rojos que se cuelgan en las ventanas de casas humildes y edificios de las ciudades y pueblos de Colombia significan "tenemos hambre", en un lacónico llamado a la solidaridad popular, ante la falta de respuestas del gobierno neoliberal de Iván Duque.
Con ollas y sartenes los pobladores bloquean pasos vehiculares para llamar la atención del gobierno local y nacional. Piden alimentos y gritan al unísono: «tenemos hambre, tenemos hambre».
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