Brasil se descompone y el ultraderechista presidente Jair Bolsonaro no acierta a capear el temporal. El mandatario obligó a renunciar a Sergio Moro, su adalid para llegar a la presidencia, al echar al jefe de la Policía Federal, que investigaba a sus hijos.
Hoy, los militares toman distancia de su gobierno e impulsan un plan de crecimiento opuesto al de su ministro de Economía.
Moro, el juez que encarcelara al expresidente Luiz Inacio Lula da Silva para impedir que compitiera en las elecciones, dejó el cargo luego de que el propio Bolsonaro echara al jefe de la Policía Federal, con el objetivo salvar a los hijos presidenciales.
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