En América Latina más de un millón y medio de presos están sin visitas, hacinados, muchos sin agua y con poco jabón para asearse y algunos en cuarentena en celdas de castigo ante un peligroso enemigo invisible, el covid-19.
Cientos de contagios, motines y muerte, es la nueva versión de: una crisis carcelaria que se agudiza. La tensión en los penales, muchos plagados de violencia, corrupción y con autogobierno de los presos, no para de crecer. Y los motines se multiplican.
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