El hambre y la desesperación por alimentos lanzaron este lunes a protestar a centenares de vecinos de municipios pobres de Santiago de Chile y otras ciudades, levantando barricadas, prendiendo fogatas y enfrentándose con carabineros que los reprimieron con cañones de agua y gases lacrimógenos, provocando decenas de detenciones.
La noche del domingo, el presidente Sebastián Piñera, prometió distribuir dos millones y medio de cajas con alimentos en sectores vulnerables y de clase media, pero no dijo ni cómo ni cuándo lo haría.
Y, ante las protestas, apeló nuevamente a la represión.
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