El gobierno uruguayo destituyó al comandante de Infantería de Marina, tras el asesinato de tres soldados en un puesto de guardia en el populoso barrio del Cerro, en Montevideo, luego de intentar imponer el imaginario que se trataba de una ofensiva de grupos organizados contra las Fuerzas Armadas o las instituciones democráticas.
El asesinato y su manejo mediático quiso desviar la atención de un clima político caldeado, en medio de la pandemia del coronavirus.
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