Frustrada por el momento la posibilidad de una candidatura única de la derecha con la presidenta de facto Jeanine Áñez y Carlos Mesa, el golpismo boliviano busca por un lado detener al expresidente Evo Morales y proscribir a su partido, el Movimiento al Socialismo, MAS, y por el otro, evitar los comicios con acciones violentas para convulsionar el país.
Las elecciones están fijadas para el 6 de septiembre en un contexto de crisis política, económica, social y sanitaria en el país con una fuerte ofensiva golpista para evitar las próximas elecciones y un triunfo popular.
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