Una veintena de jóvenes han sido asesinados durante la última semana en distintos departamentos de Colombia. Mientras tanto, el Gobierno continúa haciendo caso omiso a las denuncias de las comunidades campesinas, indígenas, afro y urbanas, frente a la emergencia humanitaria que se agudiza en varias regiones del país.
Mientras, los habitantes de distintas ciudades y regiones rurales, han denunciado la agudización de la militarización en sus territorios, así como la reconfiguración de grupos paramilitares en los mismos.
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