El 19 de junio, la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) adoptó una resolución no vinculante presentada por Francia, Alemania y el Reino Unido contra Irán.
El trío, instigado por Estados Unidos y el régimen israelí, pidió inspecciones a dos centros nucleares iraníes que, según afirman, pudieron haber sido utilizados para actividades nucleares no declaradas a principios del 2000.
La medida le daría a la Administración de Trump nueva munición en su esfuerzo por finiquitar el acuerdo nuclear iraní, también conocido como Plan Integral de Acción Conjunta.
Mientras tanto, preocupa profundamente el papel que desempeña la AIEA, ente supuestamente independiente, en coordinación con el esquema antiraní de Washington-Tel Aviv.