El 28 de junio de 1987, un bombardeo químico sobre una localidad de Irán por el exrégimen baasista de Irak acabó asfixiando e intoxicando a 12.000 hombres, mujeres y niños indefensos.
8 años de una guerra impuesta por Irak, ataques químicos a ciudades, aldeas y zonas fronterizas, una amarga pesadilla de masacre, puertas cerradas a la esperanza, miles y miles de muertos, decenas de miles de heridos y miles que quedaron completamente discapacitados.