El genoma determina las enfermedades que portamos como una bomba del tiempo. El genoma es como una mecha que puede arder en cualquier momento. La predisposición al cáncer o al Alzheimer es una especie de legado que no podemos rechazar.
Pero, ¿qué es lo que queremos y podemos saber al respecto, en un momento en que los científicos descubren constantemente nuevos genes de riesgo y las pruebas genéticas son cada vez más comunes y asequibles? ¿Cómo actuamos ante enfermedades que aún no se han manifestado? ¿Y es realmente nula nuestra influencia en este plan predeterminado? ¿Qué y quién dicta cómo viviremos? ¿Genetistas humanos como el profesor Lemke, que busca nuevos genes de riesgo? ¿Cirujanos genéticos como el profesor Buchholz, que es capaz de modificar genes y se propone curar enfermedades hereditarias?