Un reportaje sobre la agitada historia de la "Nueva Sinagoga" de Berlín. Sufrió serios daños en el pogrom nazi de 1938 y años después durante los bombardeos en la II Guerra Mundial. Hoy, gracias a fotos y animaciones, puede apreciarse su antiguo esplendor.
El primer ministro de Prusia, Otto von Bismarck, asistió en 1866 a la inauguración de la Nueva Sinagoga. El que sería años después canciller imperial, quedó deslumbrado por el edificio y, en concreto, por la dorada cúpula. El arquitecto, Eduard Knoblauch, se había inspirado en el estilo nazarí de la Alhambra de Granada. La "Nueva Sinagoga" era una señal visible de tolerancia y aceptación hacia los judíos, un símbolo de la autoestima de la comunidad judía berlinesa y, al mismo tiempo, una provocación para antisemitas. Una esperanza de integración destruida, definitivamente, durante la noche del pogrom nazi del 9 noviembre de 1938. Hubo que esperar hasta la década de los años 90 para que fuera rehabilitada como "Centrum Judaicum". La fachada y la cúpula se renovaron por completo, pero no así su pieza central: la sinagoga central. Detrás de los cristales y ruinas conservadas se presentan historias y biografías que, nos comentan, entre otros, el director durante muchos años del Centrum Judaicum, Hermann Simon y Ruth Winkelmann, una exalumna de la escuela de niñas cercana.