El salmón y el aguacate son muy populares entre los consumidores, pero hay desventajas en esta moda: los salmones se crían en piscifactorías con antibióticos y los aguacates requieren mucha agua. Y eso perjudica la salud y el medio ambiente.
El salmón es autóctono del hemisferio norte y no de las aguas costeras chilenas, pero aquí crece perfectamente hasta que se puede sacrificar. El que fuera producto de lujo en la década de 1980 es hoy un alimento de moda, al igual que el aguacate, que enloquece a veganos, vegetarianos y "hípsters” de las grandes ciudades. Pero la producción masiva de salmón y aguacate tiene consecuencias.
El salmón de Chile contiene antibióticos, que se le suministran para mantenerlo sano en las piscifactorías, en cantidades, hasta 700 veces más altas que en Noruega, porque en Chile las leyes ambientales son mucho más laxas. Además los salmones, aunque realmente son depredadores, se crían con una dieta vegetariana basada en la soja. Gran parte del cultivo de soja se lleva a cabo en inmensas explotaciones agrarias en Brasil que devoran cada vez más terreno. A ello se añade que la harina de soja con la que se ceba a los salmones se trata con sustancias nocivas para la salud prohibidas en la Unión Europea y en Estados Unidos.