En la madrugada del 24 de julio de 1543, San Sebastián de Cartagena, fundada apenas una década atrás por don Pedro de Heredia, recibió la visita furtiva de Robert O’Baal con el ánimo de apoderarse de ella. Estos ataques se harían más frecuentes y complejos con el correr de los años, lo que hacía que la ciudad viviera sumida en el terror por lo que imploran a la Corona Española que la protegiera de los piratas que surcaban sus costas.