La historia parte con la visita del protagonista en su calidad de ministro de Guerra y Marina a un regimiento militar en Quillota, el cual se subleva y lo captura. A medida que Portales se da cuenta de que su muerte es cada minuto más certera, narra su vida a su edecán, Eugenio Necochea. Así, se relata la dura vida que vivió en su juventud durante la Reconquista y su trágica relación con su prima y esposa, Josefa Chepa Portales. La muerte de sus dos hijas recién nacidas y de su esposa pone a prueba la relación del personaje con Dios, a quien desafía y promete «nunca más mencionar su nombre».
La historia explica en parte el autoritarismo de Portales y la tiranía que ejerce contra los rotos por el supuesto "bien de la nación"; sin embargo, la rectitud que intenta implantar en el naciente país se contrapone con su licenciosa vida privada, especialmente en su relación con Constanza de Nordenflycht.10 La historia finalmente termina con los prisioneros llegando al cerro Barón de Valparaíso y Portales, vendado, dirige al pelotón de fusilamiento que le dispara y, posteriormente, mata a bayonetazos.