Si seguimos reflexionando sobre el significado del “Rey Filósofo” que defienden Sócrates y Platón, nos podemos llevar algunas sorpresas. Una frase de Platón es recogida por los jacobinos y plasmada en la Constitución: quien usurpe el lugar de las leyes debe ser ajusticiado por los ciudadanos libres. Es la idea central de la Ilustración: “que no gobiernen los hombres, que gobiernen las leyes”. Este imperativo político se continúa, en realidad, en nuestro modelo de democracia, que nunca es una democracia sin más, sino que tiene que ser una democracia “en estado de derecho”, bajo el imperativo de la ley. Lejos de ser los enemigos de la democracia, Sócrates y Platón inspiran así nuestra idea misma de una democracia constitucional, vertebrada por la división de poderes. Todo lo contrario de lo que se suele decir sobre ellos.
El texto citado es "Quien esclavice las leyes entregándolas al poder de los hombres, quien haga que la ciudad se someta a una camarilla, quien emplee la violencia para conseguir todo eso y quien despierte la revolución infringiendo la legalidad, debe ser declarado, naturalmente, como el enemigo más peligroso de toda la ciudad" (Leyes, IX).