Las personas homosexuales aún son repudiadas e incluso perseguidas en todo el mundo. A pesar de gestos positivos como la legalización del matrimonio gay, en Francia también se registra un aumento de la homofobia.
En Túnez, los homosexuales pueden ser condenados a tres años de prisión solo por su orientación sexual. Si son arrestados por la policía, se les somete a un "examen anal", un procedimiento degradante sin justificación científica alguna. Uganda es uno de los 27 países subsaharianos en los que se reprime la homosexualidad, en donde el estado promueve activamente la homofobia y la homosexualidad puede ser castigada con cadena perpetua. En los Estados Unidos, incluso leyes más progresistas no han contribuido a un cambio significativo en la opinión pública, hacia una mayor tolerancia y respeto. En un intento desesperado por cambiar su orientación sexual, 700.000 estadounidenses recurrieron a terapeutas que afirman ser capaces de "convertir a cualquier homosexual en heterosexual".