Thilafushi, la isla vertedero de las Maldivas, crece un metro cuadrado al día. Pero la instructora de buceo Shaahina Ali tiene un remedio. Se asegura de que el plástico se recicle y se utilice como barrera flotante contra la subida del nivel del mar.
Durante décadas, la basura de los casi 400.000 habitantes de este archipiélago y la basura de los turistas simplemente se tiraba. La instructora de buceo Shaahina Ali se negó a aceptar esta situación. Casi a diario viaja con sus compañeros de buceo de isla en isla en el Océano Índico. Junto con una organización medioambiental, ha adquirido compactadores de basura para que los residuos plásticos puedan transportarse y reciclarse en el extranjero. Lucha para reducir la basura plástica, da conferencias, asesora a gerentes de hoteles e incluso al presidente de las Maldivas.
En el poco tiempo que tiene libre, Shaahina Ali va a bucear. Y bajo el agua también ve las consecuencias de la destrucción del medio ambiente: peces atrapados en anillos de plástico, corales muriendo... y dice: "No podemos permitirnos abordar un solo problema, tenemos que ocuparnos de todo a la vez, porque aquí en el mar todo está conectado".