Seguimos en este capítulo 12 leyendo la Apología de Sócrates, para asistir al momento en el que es considerado culpable y seguidamente condenado a muerte. Es la mejor manera de entender el tipo de inquietud política que introducía Sócrates en la ciudad, la mejor radiografía del conflicto que siempre ha existido entre la política y la filosofía. Sócrates va a explicar por qué nunca “se ha medido en política”, actuando más bien de forma “privada”, como un “idiota”. La razón es muy clara: si lo hubiera hecho, le habrían matado mucho antes. Tras esta explicación, la Asamblea vota si es inocente o culpable. Es condenado culpable por una diferencia de 30 votos de 500. Sin embargo, tras su segundo discurso, votarán por la pena de muerte muchas más personas que las que le consideraron culpable. No fue un “malentendido”, quizás aquí radica el problema político de la filosofía. ¿Por qué es tan peligrosa políticamente la filosofía?