De origen sefardí, la familia Camondo representa uno de los grandes nombres en la historia del coleccionismo de arte en Francia. Los Camondo, dueños de la principal banca del Imperio Otomano, se instalaron en París a finales del Segundo Imperio, y durante décadas se codearon con la más alta aristocracia.
Moïse de Camondó era un apasionado del arte, y su interés se concentraba exclusivamente en el siglo XVIII francés. Durante 50 años fue reuniendo una colección de extraordinario valor: muebles elaborados por los célebres ebanistas Oeben y Riesener, tapices de Aubusson, objetos que habían pertenecido a la familia real, cuadros, esculturas, porcelana china y otras piezas de arte decorativo.
En la madurez de su vida decidió construir un palacio, pensado en función de su colección de objetos. El palacio contaría con todas las comodidades modernas de su época, pero recordaría los palacetes del siglo XVIII, para ser un marco más adecuado a su colección. Comenzado en 1911, el edificio quedaría terminado en 1914, el año que daba comienzo la Primera Guerra Mundial, y con ella, la tragedia de la familia Camondo.
Moïse tenía un hijo (Nissim) y una hija (Béatrice). El hijo, que debía ser el continuador de esta saga de poderosos banqueros, combatió como aviador en las recién creadas unidades aéreas del Ejército durante la Gran Guerra, donde perdió la vida. En la Segunda Guerra Mundial, su hija Beatrice y los dos hijos de esta serían deportados a Auschwitz donde fueron asesinados. La colección puede verse en el Museo Nissin de Camondo de la capital francesa.
En esta conferencia, Bárbara Lasic, doctora por la Universidad de Manchester y profesora del Sotheby´s Institute of Art, ofrecerá las claves para entender la importancia de la colección Camondo y el modo en que esta familia consiguió reunir una de las colecciones de artes decorativas más importantes del mundo.
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