En Birmania, el 1 de febrero el ejército arrebató el poder al Gobierno civil, tras un golpe de Estado. En las manifestaciones contra la Junta ya han sido asesinados cientos de civiles. La jefa de Gobierno, Aung San Suu Kyi, fue detenida.
Ya en el pasado, Aung San Suu Kyi padeció durante 15 años el arresto domiciliario. Tuvo que esperar a la tímida democratización de 2010 para recuperar la libertad y ganar las elecciones en noviembre de 2020, con su Liga Nacional para la Democracia, por segunda vez consecutiva, hasta que el ejército la apartó del poder de nuevo en febrero de 2021. Desde entonces, decenas de miles de personas han salido a las calles en Birmania. El reportaje muestra la popularidad en su país de esta política de 75 años, un verdadero ícono de la libertad, y los motivos que la hacen tan peligrosa a los ojos del ejército. Durante casi toda su vida política, Aung San Suu Kyi plantó cara a la dictadura militar en su país y luchó por el proceso de democratización. Hasta el golpe militar, era de facto, la jefa de Gobierno, tolerada por el ejército, y había aprendido a conformarse y a pactar con los todopoderosos generales. En el plano internacional, esto le ha valido críticas, lo mismo que su silencio ante la violencia infligida a la minoría musulmana rohinyá.