Por extraño que parezca, la ciudad brasileña de Joinville puede considerarse uno de los centros del ballet… ruso. Hace casi 20 años la única escuela oficial del teatro Bolshói fuera de Rusia abrió sus puertas al talento de niños de todo Brasil para brindarles mucho más que una profesión: la ilusión de alcanzar la fama, la esperanza de un futuro mejor para familias de bajos recursos y la oportunidad única de mezclar enriquecedoramente culturas diversas a través de la danza.