Eduardo Zazo y Diego S. Garrocho, filósofos de la UAM, respectivamente reflexionan en el Congreso #FigurasDelFracaso en relación a los conceptos SUICIDIO y RUINA.
SUICIDIO (extracto inicial)
Aproximaciones al suicidio. La muerte es inapelable, sí, pero hay muchas maneras de morir. Uno de ellas es el suicidio. La primera pregunta es de rigor: ¿constituye el suicidio una forma de fracaso? Por un lado, el suicidio puede entenderse como el fracaso de una vida interrumpida voluntariamente, como el fracaso de una vida que merecía la pena ser vivida, como la prueba incontestable de que algo ha fallado o de que la sociedad ha fracasado. En términos globales, así es considerado hoy en día. No en vano es la Organización Mundial de la Salud (OMS) quien vela por este asunto de “salud mental”.
RUINA (extracto inicial)
Ruina. Ser una ruina. Caer en la ruina. Arruinar o arruinarse. Llevar a la ruina. Estas son solo algunas de las formas más habituales en las que podemos reconocer un término que, en muchas ocasiones, tiende a expresarse en plural para puntualizar su significado. Las ruinas no son consecuencia de un mero sumatorio –el de un destrozo y otro– sino que en su condición varia suelen signar un declive, derrumbe o corrupción arquitectónica. El singular queda referido, las más de las veces, como una forma de desgracia, porque arruinarse de verdad y por entero –así sea, como dice el corifeo de Edipo Rey, en el último día– sólo puede arruinarse una vida entera.
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