El Gobierno chino se ha fijado un ambicioso objetivo: erradicar la pobreza y construir una sociedad próspera en un futuro cercano. Un ejemplo es el sorprendente desarrollo de la provincia de Fujian: una extraña combinación de tecnología moderna y artes antiguas, como el uso de hierbas medicinales en suelas de zapatos para darles frescor o conservar la tradición milenaria de la talla de madera, contribuyen a la prosperidad económica de esta región antaño empobrecida.