Una paliza de Xiomara Castro, la candidata del Partido Libre, al oficialismo en Honduras viene a cerrar tres mandatos presidenciales de la derecha del Partido Nacional que gobernó después del golpe de Estado contra Manuel Zelaya en 2009.
Una contundencia necesaria en las urnas para encarar el gobierno de la primera mujer presidenta de Honduras ante el hostigamiento de poderes constituidos y de Estados Unidos, que con la administración Biden ha vuelto a mirar a América Latina, a la que no dejan de ver como su patio trasero.
Análisis de Marcos Salgado.
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